
Lo dicen dirigentes de Juntos por Entre Ríos que trabajan para que Frigerio sea el próximo gobernador. No creen que vaya a perder, pero subrayan que no se puede subestimar al peronismo cuando disputa territorio desde el poder, aún en medio de una crisis. Algunos miran con preocupación la futura gobernabilidad.
En Juntos por Entre Ríos prácticamente el 80% de la dirigencia trabaja sobre la hipótesis de que Rogelio Frigerio será el próximo gobernador. Piensan eso, incluso, muchos de los dirigentes que militan por la candidatura a gobernador del radical Pedro Galimberti aunque, por obvias razones, no lo dirán nunca públicamente.
Pero a pesar de la inflación que no cede y de las expuestas peleas en el Frente de Todos, son muchos los dirigentes de JxC que advierten que Frigerio “no la tiene fácil” en este año electoral.
Señalan que, a diferencia de 2021, el peronismo disputa ahora territorio. Cada intendente, cada senador, cada concejal se juega lo suyo y el peronismo –subrayan– es una maquinaria de poder potente, que maneja resortes del Estado en sus distintos niveles, con un piso que no baja del 30% de los votos, con posibilidades de crecer al 35 o 37, aún en medio de una situación de crisis.
Ese piso hubiera sido sinónimo de derrota en escenarios polarizados como el de 2019, cuando el Frente de Todos y Juntos por el Cambio concentraron más del 90% de los votos. Pero el 30% lo vuelve competitivo en un esquema electoral de tercios, como el que deriva de la creciente irrupción de Javier Milei.
Mauricio Macri no pudo reelegir porque duplicó la inflación que recibió de Cristina Fernández y terminó con un índice de más del 50% anual. A ocho meses de completar su mandato, Alberto Fernández ya duplicó la inflación que recibió de Macri.
Ese fracaso consecutivo de las dos coaliciones mayoritarias es lo que hace crecer a Milei. No es que, de pronto, el discurso ultra liberal haya encontrado tierra fértil en Argentina. Ocurre que buena parte del electorado –en particular la porción fluctuante del padrón, el llamado voto blando que define las elecciones– tiene todavía muy fresco en su memoria al fracaso económico de Cambiemos. Por eso es una buena noticia para JxC el paso al costado de Macri.
JxC viene perdiendo potencialidad electoral. A fines del año pasado, la marca estaba más cerca del 41% con la que la dejó Macri en su derrota de 2019. Ahora está más cerca del 30%. Esa caída se explica en el crecimiento de Milei y en una crisis de identidad del espacio, producto de sus fuertes diferencias internas. Está siendo cada vez menos claro lo que representa JxC, muy lejos ya de aquel Cambiemos de 2015 que se unificaba en la propuesta de evitar la eternización del kirchnerismo en el poder.
Suponiendo que, al menos en Entre Ríos, Milei no crezca al nivel de los dos frentes
mayoritarios y que los votos al libertario ronden entre el 15 y el 20% y sumados a los votos a la izquierda lleguen en total a un 30%, lo que queda por repartir entre las dos grandes coaliciones es un 70%. Gana el que alcance el 35%. El piso del peronismo anda por ahí.
En las elecciones de 2021, el FdT cayó en Entre Ríos al 31,6%, el guarismo más bajo de su historia. Al peronismo provincial no le ha ido bien en las elecciones intermedias, pero ha sabido conservar el poder provincial incluso resistiendo olas nacionales de cambio como las de 2015.
Aunque sigan viendo a Frigerio como el favorito, en JxC advierten que en esta elección no se va a imponer por el mismo margen de las legislativas de 2021, cuando debutó como candidato en la provincia con el 54%. Ya en esa elección se notó una caída de votos de JxC, porque el líder del PRO entrerriano recibió menos sufragios que el radical Atilio Benedetti cuatro años antes, para una elección similar de medio término y con un padrón electoral más chico.
Fuente: Pagina Politica
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