Cambios en el INTA: advierten por la pérdida de autonomía y planificación científica

El Consejo Directivo del INTA aprobó una nueva estructura organizativa que reduce direcciones nacionales y modifica la representación en su órgano de gobierno. Desde la Estación Experimental de Paraná advirtieron a Elonce que el cambio afectará la planificación estratégica del organismo.

El Consejo Directivo del INTA está compuesto por representantes del sector público y privado, incluyendo a entidades agropecuarias como Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA), Coninagro y Aacrea, además de delegados de universidades nacionales y funcionarios del área de Agricultura.

No obstante, la nueva configuración generó críticas porque se estableció que el propio Consejo Directivo definirá quiénes ocuparán los distintos roles dentro del organismo.

«El Consejo Directivo del INTA es el que define las políticas que la institución aplicará en el territorio y atender las demandas que se dan, con un control a cargo del público y el privado, lo que permite la transparencia en el devenir y el accionar de la institución”, fundamentó a Elonce el director de la Estación Experimental del INTA Paraná, Rubén Insaurralde.

Y, en ese sentido, expresó su preocupación ante los posibles efectos de la reestructuración: “El cambio afectaría la gobernanza de la institución. Saldrían la Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola y los representantes académicos de las universidades. Quedarían cuatro representantes del gobierno y cuatro del sector privado, lo que dificultaría pensar a largo plazo, porque el gobierno de turno definiría las políticas”.

Insaurralde también destacó el valor humano del organismo: “Son las personas las que le dan sentido a la institución. En INTA Paraná contamos con 22 doctores altamente formados. Muchos de ellos se capacitaron durante más de una década con apoyo del Estado”.

Actualmente, la Estación Experimental de Paraná articula con siete agencias distribuidas desde La Paz hasta Gualeguay, brindando asesoramiento, capacitación y transferencia tecnológica a pequeños y medianos productores.

INTA está presente en la vida cotidiana de las personas: en sopas deshidratadas, en la Base Marambio con hidroponía, y en cultivos como cebolla. Si se cambia la gobernanza, el impacto puede tardar más de 15 años en revertirse”, alertó Insaurralde.

Finalmente, remarcó la misión histórica del organismo: “El INTA se creó para atender a los productores y sus familias. Esa sigue siendo nuestra función, sumando innovación para adaptarnos a los cambios del país y el mundo”.

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