El senador provincial de Juntos por el Cambio hizo un análisis de la situación actual de la provincia, además de un repaso de lo que pasó y lo que vendrá, a continuación se expone lo que dijo:
“La eficiencia en la administración del estado. Camino irreversible.
¿Iniciamos la cuarta etapa en el proceso democrático? Al asumir Milei se cumplían 4 décadas desde 1983. Proceso político histórico claramente marcado en distintas etapas.
Alfonsín más un bienio de Menem. Ocupó la tarea en resolver la transición para consolidar las instituciones. Convivir con bolsones de poder con dominio para irrumpir en gobiernos de facto. Principales esfuerzos destinados corregir estos desvíos.
Luego Menen, los 90, apertura y primera oleada de modificación del rol del estado: privatizaciones y transferencias de responsabilidades -sin recursos- a provincias y municipios.
El tercero: 20 años de populismo kirchnerista (en el poder o en el sostenimiento de la grieta en el corto interregno macrista). Viento de cola con contexto económico internacional favorable en la primera etapa. Desaprovechado. No existió desarrollo, solo la expansión del gasto público en 15 puntos del PBI. Pasamos de niveles medios para países latinoamericanos (25 puntos) a más de 40. Insostenible.
Capítulo aparte para el epílogo del kirchnerismo. Corrupción. Un presidente onanista + Massa el salvador. Al resultado lo vivimos todos: escenario socio-político-económico insostenible.
Emergente: Milei. Rupturista. Corrección de macroeconomía, sin importar qué derrama. Estilo distinto en la comunicación política. Ortodoxia y ajuste fiscal
Es el inicio -sin dudas- de la cuarta etapa, o al menos considerarla como una nueva. ¿Qué horizontes? Mínimos -en función de aceptación social actual- de algunos años. La evaluación positiva por parte del colectivo social podrá extenderlo mucho más. Nuevo contexto.
¿Y los estados subnacionales? Provincias y municipios fueron, al menos en este primer año, muy afectados por los enfoques de políticas nacionales. Es de prever que continuará profundizándose.
Obliga a repensar administraciones locales. Concluyen -para siempre- las transferencias (sean corrientes para solventar baches estacionales, o de capital para inversiones públicas). Sus presupuestos deberán reflejar: resultados económicos superavitarios para poder hacer obra pública y resultados financieros muy equilibrados. Eficiencia irreversible. ¿Podrán -gobernadores e intendentes, (a lo que sumo a dirigentes)- delineados y acostumbrados a otros modelos, repensarse y rediseñar sus administraciones? Ese será su desafío”.

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