En JxC creen que el peronismo seguirá cayendo en Entre Ríos

Reconocen que la irrupción de Milei le restará votos a JxC, pero estiman que el peronismo perforará el piso electoral que tocó en 2021. Perciben interés por un cambio de signo político en la provincia y vaticinan que la abstención electoral registrada en otros distritos no se producirá en Entre Ríos.

En el equipo de Rogelio Frigerio transitan el último tramo de campaña con mucho optimismo. Hay detrás de ese estado de ánimo una percepción que deriva de lo que el postulante a la gobernación mejor posicionado de la oposición va recogiendo en el recorrido final por los 17 departamentos de la provincia, de cara a las PASO del domingo.

Puede que sea en parte una distorsión de microclimas, pero en medio del desinterés y el enojo de la mayoría de la gente con la política, se encuentran con una buena receptividad de los vecinos. En otras palabras, interpretan que ninguno de los cambios en el escenario electoral producidos este año –irrupción de Javier Milei, unificación electoral, definición de candidatos oficialistas– alteró la condición de favorito que Frigerio viene teniendo desde las elecciones de 2021.

La base de ese optimismo está en este diagnóstico: para Frigerio, el peronismo está en el peor momento de su historia. En rigor, no hablan de peronismo sino de “kirchnerismo”. Y aquí está el nudo del asunto. Entienden que la simultaneidad electoral kirchneriza al peronismo de Entre Ríos.

Asumen que el peronismo entrerriano fue kirchnerista con Sergio Urribarri y que dejó de serlo con Gustavo Bordet, desde 2015. Y que ese giro fue el que explicó que el peronismo lograra retener la provincia resistiendo a la ola de Cambiemos. Pero entienden que en una elección simultánea es la cabeza de la boleta la que determina la identidad del conjunto de la oferta electoral. “Es difícil decir que no sos kirchnerista cuando lo llevás a Grabois, al ministro de Economía y al jefe de Gabinete en la fórmula presidencial”, argumenta un armador de Frigerio.

Bajo esta mirada, esa identidad representa un lastre para Adán Bahl, que pretende gobernar una provincia con una sociología electoral similar a la de Santa Fe y Córdoba, la Región Centro donde se asientan sectores productivos con los que el kichnerismo nunca logró reconciliarse después de la confrontación de 2008. El particular peronismo cordobés retuvo la provincia en elecciones desdobladas, pero todos esperan que en las nacionales gane JxC. En las PASO de Santa Fé, Maximiliano Pullaro quedó posicionado para ser el próximo gobernador. Junto con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, Pullaro acompañará el miércoles a Frigerio en su cierre de campaña en Paraná.

Es evidente que Grabois no tiene muchos amigos entre los sectores productivos entrerrianos. Más allá del predicamento que la familia Etchevehere pueda tener en ese segmento y del conflicto familiar que motivó la toma de la estancia Casa Nueva en 2020, el precandidato a presidente de Unión por la Patria tiene una imagen bien definida en Entre Ríos, a raíz de aquel suceso que contó con una amplia cobertura de los medios porteños que dominan las audiencias en la provincia.

No es el caso del precandidato oficial, Sergio Massa, aceptado y promovido por el poder permanente de Argentina. El problema es que se trata de la misma persona que está al frente del Ministerio de Economía del 115% de inflación. “Me cuesta creer que el vecino vote pensando en el cordón cuneta y no en cómo se le licuó el sueldo en estos años”, razona el armador frigerista, desacreditando una de las hipótesis más fuertes sobre la que trabaja el peronismo: el poder de tracción de los intendentes del PJ, en su mayoría más poderosos que los de JxC.

Ven que ese contexto de crisis llevó este año al peronismo a perder provincias que gobernaba hacía dos décadas, como Chubut y San Juan  -el mismo tiempo que lleva el peronismo gobernando Entre Ríos- ; a perder el control de San Luis y a caer en las primarias de Santa Fe y Chaco. Perciben una “inercia de hartazgo generalizado”.

Asumen que Milei les quitará votos y reducirá la polarización, con lo cual el peronismo con su piso de 31,6% de 2021 se torna competitivo. Pero no creen que la puesta en marcha del aparato peronista (que se moviliza a pleno cada cuatro años, cuando se ponen en juego todos los cargos locales y provinciales) alcance para contrarrestar el viento en contra del contexto nacional que instala en la provincia la simultaneidad electoral. “Se tienen que hacer cargo del gobierno nacional y eso los va a llevar a perforar su piso”, vaticinan.

Por el contrario, ven que la interna nacional de JxC se presenta atractiva para el elector independiente, debido a la paridad entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Frigerio, con el pegado exclusivo de su boleta con ambas fórmulas presidenciales, se nutre del 100% del arrastre nacional que esa encendida interna pueda producir. Aunque siempre dijeron que Frigerio medía más que la suma de los presidenciables (esa fue la base para obtener la exclusividad del pegado), si es verdad que el voto se define por la cabeza de la boleta sábana, el domingo habrá arrastre.

Y en la interna provincial minimizan los problemas que pueda generar el malestar en amplias franjas de la UCR que se ven obligadas a competir con la boleta corta que propone a Pedro Galimberti para la gobernación. “Lo importante es que de todos lados el mensaje es de unidad y trabajo conjunto a partir del 14 de agosto”, aseguran.

En este espacio político no ven que la abstención electoral se presente como un problema para Entre Ríos. Vaticinan que la nacionalización de la elección, la interna competitiva de JxC en ese orden y la opción alternativa a nivel provincial con expectativa de triunfo hará que la participación electoral se mantenga en sus valores históricos.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo no será publicada.


*