
Decidido a cambiar la manera en que se subsidia la energía, el Ministerio de Economía dio el primer paso para implementar la canasta básica energética (CBE). Además, a partir de junio reducirá las subvenciones en luz y gas a los segmentos de ingresos medios y bajos, lo cual implicará subas en las tarifas.
El objetivo es pasar de un esquema de subsidios generalizados a otro focalizado, en el que se tendrán en cuenta los ingresos del hogar, la cantidad de miembros y la zona bioambiental del país en que se viva. Así lo dispuso Economía ayer, a través de la publicación del decreto 465/2024, que estableció un plazo de seis meses para aplicar la CBE, hasta el 30 de noviembre, con posibilidad de extenderlo por seis meses más.
Actualmente, los usuarios residenciales están divididos en tres grupos: los de altos ingresos (NI), los de bajos ingresos (N2) y los de ingresos medios (N3). Mientras que el primer grupo recibe pocos subsidios, los de ingresos bajos y medios, en el caso de la electricidad, pagan en promedio menos del 5% de lo que cuesta la generación.
En el Gobierno confirmaron que a partir del mes próximo habrá un ajuste de estos valores tanto en luz como en gas. Sería la primera quita de subsidios para los hogares N2 y N3 (los aumentos anteriores se dieron por recomposición de ingresos de las empresas distribuidoras y transportistas). En estos días, por lo tanto, se espera la publicación de una resolución de la Secretaría de Energía que tendrá impacto en la actual forma de subsidiar la energía. En el caso de la luz, se espera que se reduzca el bloque de consumo subsidiado que tienen los N3, que en electricidad es entre 400 kwh y 650 kwh por mes, dependiendo la provincia y la época del año. Cuando el hogar se excede de ese límite, paga un costo mayor por la generación eléctrica (lo mismo que pagan los N1).
Para los usuarios de ingresos bajos (N2), que actualmente no tienen límites de consumo subsidiado, se espera también que haya una modificación y pasarán a un esquema similar al que tienen los hogares de ingresos medios (N3), aunque con un bloque de subsidio mayor.S imilares criterios se usarán para los usuarios de gas.
El Gobierno también eliminó el tope máximo establecido para aumentar las facturas de luz y gas, que tenía un límite porcentual atado al coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior. En 2023, el CVS fue de 152,7%. En concreto, la administración pasada había establecido que los aumentos totales de los usuarios N2 no podían superar el 40% del CVS del año anterior (61,08%) y para los usuarios N3, el impacto en la factura del componente de generación eléctrica no podía superar el 80% del CVS del año anterior (122,16%). “Déjense sin efecto los límites del impacto en factura que genere la corrección del componente energía fijado como porcentaje del CVS del año anterior, contenidos en el artículo 2o del citado decreto N° 332/22″, dice el artículo 3° del decreto publicado ayer.
Luego anticipa que “los criterios de inclusión en cada uno de los niveles de segmentación previstos podrán ser revisados y modificados por la autoridad de aplicación [la Secretaría de Energía]”.
En el mismo sentido, el decreto señala que el Gobierno podrá establecer nuevos criterios de exclusión en la segmentación de subsidios “a partir de indicadores de exteriorización patrimonial que indirectamente manifiesten nivel de ingresos”.
En otras palabras, para minimizar los errores de ingresos no declarados, el Gobierno propuso que si el usuario cumple con alguna de estas condiciones no podrá acceder al subsidio, como ser titular de una aeronave; tener al menos un auto con una antigüedad menor a cinco años o dos autos con una antigüedad menor a 10 años; tener un plan de medicina prepaga no vinculada al empleo en relación de dependencia (total o por derivación); haber visitado países no limítrofes en los últimos cinco años; tener consumos en tarjeta de crédito superiores a cinco salarios mínimos (SMVM), lo que equivale a $14 millones, o compra de moneda extranjera en al menos uno de los últimos tres meses. Publicó La Nación
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